jueves, 17 de abril de 2014

Presentación

A lo largo de la historia, la salamandra ha sido considerada como un ser fantástico, estando vinculada a numerosas leyendas y mitos. Para conocerla mejor, buscamos el asesoramiento del herpetólogo jerezano David Donaire, el cual, nos instruyó sobre las características de este urodelo. Entre otros muchos datos, nos contó que la salamandra posee una piel fina, húmeda y sin recubrimientos; siendo muy importante para ella, ya que posee respiración cutánea. Además, al ser un anfibio, suele habitar en lugares muy húmedos, en los cuales las bacterias se desarrollan con gran facilidad. El experto en anfibios nos habló del químico alemán Gerhard Habermehl, el cual, estudiando la toxicidad del veneno de esta especie; concluyó, de manera casual, que la ponzoña de las salamandras protegía a su piel contra las infecciones. Desde entonces, nadie ha continuado la línea de trabajo trazada por este científico. Por tanto, ya teníamos investigación: demostrar y concretar la acción antibiótica del líquido de las glándulas parótidas de la salamandra. A continuación, nos pusimos manos a lo obra; por un lado, nuestro asesor posee varios ejemplares de este anfibio, y por otro lado, adquirimos varias cepas bacterianas en la Colección Española de Cultivos Tipo (CECT). Finalmente, intentamos resolver cada uno de los interrogantes que nos planteaba nuestra pequeña aventura: ¿Cómo extraer este fluido irritante?, ¿cómo activar las cepas bacterianas?, ¿cómo demostrar la posible capacidad antibiótica de este líquido?,…

¡Acompáñanos a descubrir las propiedades de la piel de las salamandras!



 El trabajo, el esfuerzo y la dedicación obtuvo recompensa:

Certamen Científico provincial "Carlos López": Primer Premio categoría primer ciclo de ESO 


Certamen nacional "Si eres original, eres de libro": Primer Premio categoría primer ciclo de ESO

 

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